Guadalupe Ortiz de Landázuri será la primera directora de colegio mayor en subir a los altares y ser inscrita en el catálogo de los santos. El próximo 18 de mayo será beatificada en Madrid. Por este motivo, el Colegio Mayor Jaizkibel, junto con el resto de colegios mayores del Programa Alumni College, han querido sumarse a la celebración de esta fiesta. Para ello han organizado dos coloquios: el 14 de marzo en la sede del C.M. Jaizkibel, en San Sebastián y el pasado 21 en el aula 12 de la Facultad de Económicas de la Universidad de Navarra.

La charla-coloquio del Colegio Mayor Jaizkibel fue moderada por Coro Aycart, directora de comunicación de TECNUN y en ella, se contó con la participación de Inma Alva, Doctora en Historia y Teología y profesora de Historia en la Universidad de Navarra, y Mercedes Montero, Doctora en Ciencias de la Información y en Historia, profesora de Historia de la Comunicación en la citada universidad y biógrafa de Guadalupe.

Los coloquios se iniciaron con la proyección de un breve vídeo sobre la vida de Guadalupe.

Posteriormente, Inma Alva situó en contexto lo que significaba en España ser mujer en los años 40, ya que “las mujeres tenían una vida muy limitada en unos años de posguerra, muy difíciles, en los que no estaba bien visto para la mujer estudiar, y éstas necesitaban el permiso del padre y posteriormente, del marido, para estudiar, para trabajar, para viajar, etc.”

En ese marco, Guadalupe Ortiz de Landázuri se licenció en Ciencias Químicas en la Universidad Central de Madrid. Era la pequeña de cuatro hermanos; hermana de don Eduardo Ortiz de Landázuri, que impulsaría y dirigiría la Clínica Universidad de Navarra. Hija de militar, vivió en diversas ciudades por los traslados de su padre, quien fue fusilado antes de estallar la Guerra Civil.

En 1944, siendo profesora de química en un colegio de Madrid, un día en Misa sintió que Dios le pedía algo más. Conmocionada, cogió un tranvía y al bajar se encontró con un amigo suyo de la facultad al que le contó lo sucedido. Éste le dio las señas de San Josemaría Escrivá, y así fue como Guadalupe conoció el Opus Dei, y tras dirigirse espiritualmente con él, meses después, pediría la admisión como Numeraria. Su vida desde entonces se transformó en una aventura de amor de Dios y servicio a los demás a través de su trabajo. “Guadalupe era una mujer alegre, decidida, fuerte, que sentía pasión por su trabajo, y que llevó a cabo todo aquello que se propuso: su profesión y continuo aprendizaje en el campo de la química, a la par que los encargos de formación del Opus Dei, con la puesta en marcha de las primeras administraciones de los centros de la obra, la puesta en marcha como directora de la primera residencia femenina universitaria, que posteriormente se convertiría en el Colegio Mayor Zurbarán, y la expansión del Opus Dei en México”, explicó Mercedes Montero.

Su vida llegó a su fin el 16 de julio el año 1975, en la Clínica Universidad de Navarra, debido a una afección coronaria que sufría desde hacía años.

Guadalupe se convertirá en la primera persona laica del Opus Dei en llegar a los altares.

Para consultar información más detallada visita la web que se ha creado con motivo de su beatificación: guadalupe19.org/ o la página web del Opus Dei.